Popular Post

Popular Posts

Recent post

Archive for noviembre 2021

 



Hasta ahora hemos visto que la idea central que corre a través de toda la epístola es que la vida cristiana aquí en la tierra es una preparación para el cielo. Es una idea tan importante, y tan olvidada muchas veces, que no haríamos mal en repetírnosla a nosotros mismos cada día, orando al mismo tiempo para que el Señor nos ayude a aprovechar bien cada oportunidad que él pone en nuestro camino para estar cada vez mejor preparados para las inmensas oportunidades que el mundo venidero nos depara.

Ahora vamos a ver otro aspecto que Pedro enfatiza también en esta epístola. Está relacionado con el anterior y tiene que ver con el hecho de que Dios desea formar en nosotros, aquí y ahora, el carácter de ese Reino glorioso al cual nos estamos dirigiendo, es decir, un carácter, una conducta y una manera de ser y vivir que sean consonantes con el que nos encontraremos cuando entremos en el Reino eterno de nuestro Señor Jesucristo.

La lógica de todo esto es incuestionable. ¿Cómo vamos a servir al Señor en su Reino si nuestro carácter y forma de ser chocan con el carácter y forma de ser de allí arriba?

Sin un carácter como el de Cristo, todo lo que pudiéramos hacer, tanto aquí y ahora, como en la eternidad, no pasaría de ser "metal que resuena o címbalo que retiñe" (1 Co 13:1), es decir, cosas vacías. Necesitamos un carácter fraguado en la forja del Reino de los Cielos y en la Escuela de Cristo.

Esto lo enseñó el Señor muy claramente al comienzo de su ministerio público en lo que conocemos como el Sermón del Monte (Mateo 5-7). Allí el Señor trazó con pinceladas magistrales cuáles son las verdaderas características de los hijos del Reino, características que Dios desea que se reproduzcan en todos nosotros, "para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos" (Mt 5:45). Se trata del mismo carácter de Dios que nos ha sido manifestado en la persona de su Hijo Jesús, y que ahora quiere que se reproduzca también en nosotros.

Leyendo estos capítulos de Mateo no nos queda ninguna duda de que Dios tiene grandes expectativas en cuanto a nosotros: "Sed pues vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto" (Mt 5:48). Sólo de esta manera nuestro servicio para el Señor será aceptable y eficaz.

Podemos comparar esto con la enseñanza del Señor en el aposento alto (Juan 13-17), cuando estaba a punto de dejar este mundo para volver al cielo. Allí volvió a enfatizar la necesidad que tenemos de que se forme en nosotros un carácter auténticamente espiritual mediante la comunión íntima con él y la limpieza que él efectúa por medio de su Palabra en nosotros. Por ejemplo, el Señor le dijo a Pedro: "Si no te lavare, no tendrás parte conmigo" (Jn 13:8). Sólo así tendremos "una amplia y generosa entrada en el Reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo" (2 P 1:11).

Con todo esto en nuestras mentes, regresamos nuevamente a la segunda epístola de Pedro, y veremos que allí nos encontramos con la misma cuestión. Lo que él nos va a decir es que si un día vamos a compartir con el Señor la administración de su glorioso Reino, tendremos que aprender a hacerlo ahora en este mundo por medio del desarrollo de un carácter maduro, espiritual y auténticamente cristiano; el mismo carácter de Cristo.

Lógicamente, esto nos lleva a hacernos varias preguntas: ¿Dónde dice que yo tengo que llegar a ser como Cristo? ¿Qué posibilidades tengo de llegar tan lejos? ¿Con qué recursos puedo contar para alcanzar esa meta? ¿Cómo puedo conseguir esto en la práctica?

Estas son algunas de las cuestiones que vamos a abordar a continuación.
¿Por qué tengo yo que ser como Cristo?

La respuesta la encontramos en (2 P 1:4): "Nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina".

Puede que alguien piense que esto ya se cumplió en nosotros el día en que nos convertimos y nacimos de nuevo. Como el mismo apóstol Pedro diría en (1 P 1:23): "Siendo renacidos, no de simiente corruptible, sino de incorruptible, por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre".

Por supuesto, al nacer de nuevo, el Espíritu de Dios entró en nosotros y nos comunicó la misma vida y naturaleza de Dios, pero eso no quiere decir que ya no haya nada más que debamos hacer. Por eso, aunque Pedro mismo ya ha dicho que somos participantes de la naturaleza divina desde el momento de nuestra conversión, no obstante, dice ahora, hemos de llegar a ser participantes de la naturaleza divina.

Tal vez alguien conteste que Pedro estaba pensando en gente que todavía no había nacido de nuevo, y en ese caso, les estaba exhortando a convertirse porque de otro modo nunca llegarán a entrar en el Reino de Dios. Pero evidentemente esa forma de interpretarlo no es correcta, puesto que aquí Pedro está hablando a los creyentes (2 P 1:1-3). Entonces, ¿qué quiere decir cuando se nos exhorta a "llegar a ser participantes de la naturaleza divina" (2 P 1:4)?

Este es un asunto importante al que debemos prestar atención, porque precisamente es aquí donde está la clave para entender todo el capítulo.
Para intentar aclararlo vamos a usar una ilustración. Pedro nos dijo en su primera epístola que al nacer de nuevo somos como niños recién nacidos (1 P 2:2). Ahora podemos pensar en un niño que acaba de nacer. Sus padres lo miran con admiración. Parece un muñequito, pero no lo es; respira, se mueve, tiene vida. La misma vida de sus padres. Y está completo: deditos, uñas, brazos, piernas, cabeza, cerebro, lengua... todo completo.

Ahora pensemos por un momento en el padre de ese bebé. Se trata de un hombre de negocios, dueño de una importante multinacional en la que trabajan miles de obreros. Ese hombre ha estado esperando el nacimiento de un hijo que pueda aprender bien el negocio y le ayude en la dirección de su empresa, llegando un día a heredarla completamente. Así que, cuando le comunican que su hijo ha nacido, corre al hospital emocionado y comprueba que es verdad. Toma el bebé en sus brazos, lo inspecciona, comprueba que está bien y le dice: "Ya era hora, te he estado esperando por muchos años, ahora no podemos perder ni un minuto, tienes mucho que aprender y hacer. El lunes te espero en la oficina a los ocho y manos a la obra". Por supuesto, el niño le mira sin entender absolutamente nada de lo que su padre le está diciendo; como mucho dirá algo parecido a "gluglú" y se echará a dormir. Y lo mismo hará el lunes, y por bastantes años más.

Sí, es verdad, el niño está completo, pero antes de que pueda ponerse al lado de su padre y dirigir su empresa con él, ese bebé tendrá que formarse, desarrollando sus facultades mentales y aptitudes para llegar a ser un hombre maduro y capacitado como su padre.

Tendrá que ir dejando la mentalidad y actitudes de niño para aprender a pensar y actuar como un adulto. Tendrá que tomarse la vida muy en serio, estudiando, aprendiendo, disciplinándose y progresando en su carrera profesional. Tendrá que tener siempre delante de sí la meta de llegar un día a estar al lado de su padre colaborando en la dirección de su gran empresa. Y por encima de todo, tendrá que tener una relación muy íntima con su padre, llegando a conocerle y así poder compartir sus pensamientos también.

Y esto es precisamente de lo que Pedro nos está hablando en los primeros versículos de esta epístola. Porque como ya hemos visto, el propósito de Dios es que un día estemos junto a su Hijo como coherederos (Ro 8:17), colaborando en la administración del vasto universo que podemos ver, y también del glorioso mundo sobrenatural que todavía no vemos.

Por lo tanto, no se trata de administrar una empresa de este mundo, ni siquiera la más grande multinacional que podamos imaginar, sino del mismo Reino de Cristo.

Ahora bien, para que este estupendo propósito llegue a ser una realidad, en primer lugar es necesario nacer de nuevo, porque sólo de ese modo podremos compartir la misma vida y naturaleza de nuestro Padre celestial. Pero después de esto, tendremos que tomar la vida cristiana muy en serio, y colaborar con Dios a diario con "toda diligencia" (2 P 1:5) para ir añadiendo a nuestra vida las características y virtudes mencionadas en estos versículos: "fe, virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal y amor" (2 P 1:5-7). El propósito de todo esto es que se vaya formando en nosotros un carácter maduro, el mismo carácter de Cristo.

Y esto es algo que nosotros hemos de hacer: "Vosotros también, poniendo..." (2 P 1:5). Es verdad que hemos sido salvados por pura gracia, por la fe, sin las obras. No hemos tenido que hacer nada; todo nos fue dado gratuitamente (2 P 1:3). Pero para crecer y que se forme en nosotros el carácter de hijos maduros, capaces de asumir los planes que Dios tiene pensados para nosotros, tendremos que esforzarnos mucho, y eso sí que depende en gran medida de nosotros.

¿Qué posibilidades tengo yo de llegar a ser como Cristo?

Cuando nos enfrentamos con la altísima vocación a la que Dios nos ha llamado, y reflexionando en todo lo que implica, es fácil llegar a pensar que eso no es para nosotros: "Tal vez sí lo sea para alguien como el apóstol Pedro o para los otros apóstoles, pero no para mí. Ellos eran hombres excepcionales, con una fe especial; ellos sí que podían aspirar a esas alturas, y quizá haya en nuestro tiempo algunos hombres como ellos, pero definitivamente, yo no soy uno de ellos. Yo soy una persona sencilla, de a pie, sin dones especiales. Siendo realista, aspirar a algo tan grande no es para mí".

Ahora bien, notemos con atención lo que dice el primer versículo de esta epístola: "habéis alcanzado, por la justicia de nuestro Dios y Salvador Jesucristo, una fe igualmente preciosa que la nuestra". Esto quiere decir que nuestra fe es igualmente preciosa que la suya, es del mismo valor, la misma categoría, los mismos privilegios y posibilidades.

Esta frase que Pedro utiliza aquí tiene ciertas connotaciones políticas. En aquel tiempo, en el Imperio Romano, los ciudadanos se dividían socialmente por clases. Algunos gozaban de privilegios y posibilidades que no estaban al alcance de otros. Pero en la "política" del Reino de los Cielos, no es así, nos asegura el apóstol. Todos hemos recibido una fe de igual valor, con los mismos privilegios y posibilidades. Es importante enfatizar esto, porque la fe nos abre la puerta a todo lo que la salvación que Dios ha preparado incluye. Y como muy bien exclama el autor a los Hebreos, ¡es una salvación tan grande! (He 2:3). Así pues, tanto para Pedro, como para nosotros también, todos los preciosos recursos de esta salvación están a nuestra disposición.

Y esto nos lleva a la tercera pregunta.

¿Con qué recursos puedo contar para alcanzar este propósito?

La respuesta la encontramos en (2 P 1:3-4). Todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad "nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia, por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina".

Cuando nacemos de nuevo llegamos a tener en nosotros la misma vida y naturaleza de Dios, una vida llena de vigor y posibilidades. Por lo tanto, potencialmente tenemos todo lo que necesitamos para que se vaya desarrollando y formando en nosotros su mismo carácter, y de ese modo lleguemos a ser hijos maduros y competentes para enfrentarnos con la alta vocación a la que hemos sido llamados (2 P 1:10).

Además, tenemos "preciosas y grandísimas promesas" que Dios mismo nos ha hecho, y que nos aseguran que su determinado propósito se cumplirá, y un día estaremos al lado de su Hijo administrando sus vastos dominios.

Ya hemos visto algunas de estas promesas en estudios anteriores. Aquí podemos añadir algunas más:


(Stg 2:5) La promesa de ser herederos del Reino.

(Ro 4:13,16) La promesa de ser herederos del mundo

(He 12:26-29) La promesa de un Reino inconmovible.

Todas estas promesas, y muchas más que encontramos en las Escrituras, nos han sido dadas para estimular nuestro espíritu y animarnos para hacer firme nuestra vocación y elección.Por supuesto, Dios es fiel en cuanto a sus promesas, y podemos estar seguros de que él cumplirá su parte en todo lo que ha dicho, de otro modo, su propio carácter quedaría en entredicho, lo cual no es posible. Recordemos algunos textos que afirman esta verdad:

(Fil 1:6) "El que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo."

(Fil 2:13) "Dios es el que en vosotros produce el querer como el hacer, por su buena voluntad."

(Jn 14:13) "Todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré."

Ya tenemos a Dios y a nuestro Señor Jesucristo, lo que es absolutamente primordial, pero ahora es necesario también que nosotros tengamos una intimidad real y creciente con ellos, conociéndoles cada día mejor. Y esto no se puede quedar en la teoría; es necesario que llegue a ser una realidad viva en nuestras experiencias. Veamos el énfasis que Pedro pone en su epístola en este conocimiento personal que debemos tener de Dios.

(2 P 1:2) "Gracia y paz o sean multiplicadas en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús"

(2 P 1:3) Todo nos ha sido dado "mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia".

(2 P 1:8) "No os dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo"

(2 P 3:18) "Creced en la gracia y el conocimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo"

Volviendo a la ilustración que antes vimos del hombre de negocios, dijimos que él había puesto sus esperanzas en el hijo que acababa de nacer para que un día llegara a administrar toda su empresa, pero vimos que para ello sería necesario que el muchacho creciera y estudiara para formarse adecuadamente a fin de que pudiera hacerse cargo de los negocios de su padre cuando llegara el momento. Pero además de eso, también sería imprescindible que llegara a conocer bien a su padre. A fin de cuentas, era él quien había fundado aquella empresa con una visión de futuro y unos planes en desarrollo. Por lo tanto, tendría que pasar horas con su padre, hablando con él, aprendiendo de él, y conociendo y compartiendo sus pensamientos. Sólo de ese modo podría llegar a colaborar en la empresa de su padre.

Y es exactamente así también en nuestro caso frente a los "negocios" de nuestro Padre celestial. Nosotros también necesitamos estar en la presencia de Dios y conocerle. De otro modo, nunca llegaremos a experimentar un auténtico progreso espiritual en nuestras vidas. Podríamos ir al mejor instituto bíblico del país y sacar el diploma de teología con la mejor puntuación del curso, pero eso en sí mismo será insuficiente, y no logrará producir en nosotros un auténtico carácter espiritual, de hecho, con mucha facilidad, podría llegar a producir el efecto contrario: orgullo, arrogancia y autosuficiencia.

No lo olvidemos: el carácter espiritual que Dios busca se forma y desarrolla primordialmente intimando con las Personas Divinas y conociéndolas.

Por otro lado, la tendencia natural de la nueva vida que tenemos se dirige hacia Dios, añora a Dios, nos quiere introducir a Dios. Y al mismo tiempo, cuanto más conocemos a Dios, esta nueva vida crece, se desarrolla, madura y desea aún más de él. Es así como somos transformados más y más en su imagen (2 Co 3:18).

Pablo deseaba por encima de todas las cosas conocer al Señor (Fil 3:8-14). Esta era la razón por la que había sido salvado. Por lo tanto, deseaba "asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo" (Fil 3:12).

Tal como el mismo Señor Jesucristo explicó, el propósito de la vida eterna es, en primer lugar, llevarnos a la presencia de Dios para que le conozcamos: "Esta es la vida eterna, que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a Jesucristo a quien has enviado" (Jn 17:3).

¿Cómo puedo yo crecer en el conocimiento de Dios?

Si mi crecimiento depende de que yo conozca cada vez más de Dios, ¿cómo puedo llegar a avanzar en esto?

La respuesta es que esto se produce por medio de una intimidad creciente con su Palabra. Este es un tema del que el apóstol Pedro trató en su primera epístola (1 P 1:23) (1 P 2:2) y del que vuelve a tratar nuevamente aquí (2 P 1:19-21).

No hay otra manera. Y esto es así porque la Biblia no es simplemente un libro de texto para aprender mucha teología, teoría o historia. La Biblia es Dios mismo hablándonos desde el cielo. Es Dios dándose a conocer. Fuera de la Biblia no hay otra manera de conocer a Dios.

Y esta es una de las mayores tragedias del pueblo evangélico en la actualidad, porque cada vez nos preocupa menos escuchar la voz de Dios que nos habla a través de su Palabra. Y claro está, cuando no escuchamos la voz de Dios, lo que oímos es la voz del mundo hablándonos por un sin fin de medios. Y no lo olvidemos, el mundo está empeñado en impedir nuestro progreso espiritual.

En cuanto a la importancia de la lectura de la Biblia, no debemos olvidar lo que el Señor dijo: "Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí" (Jn 5:39). Aquí vemos que la principal intención de las Escrituras es llevarnos de la mano para introducirnos al Señor... es contactar con el Señor, intimar con él, oír su voz en lo más íntimo de nuestro ser y vivir.

Porque, como Pedro tuvo que decir: "Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna" (Jn 6:68). En las palabras del Señor está la vida que necesitamos para capacitarnos para ese mundo eterno... y las necesitamos en abundancia.

 


A. Se define la Fe.

1. (Hebreos 11:1) La definición de Fe.


Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve.

a. Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera: Así como nuestra vista física es el sentido que nos da la convicción del mundo material, la fe es el “sentido” que nos da la convicción del invisible mundo espiritual.

i. La fe tiene sus evidencias. No estamos hablando sobre un “acto de fe” a ciegas. Pero sus evidencias no puedes ser medidas en un laboratorio, tienen que ser entendidas espiritualmente.

ii. “La fe va más allá de lo que aprendemos por medio de nuestros sentidos, y el autor está diciendo que ella tiene sus evidencias. Sus pruebas no son las de los sentidos, los cuales producen incertidumbre.” (Morris)

iii. “La vista física produce convicción o da evidencia de las cosas visibles; la fe es el órgano que permite a la gente ver el orden invisible.” (Bruce)

b. De lo que se espera… de lo que no se ve: Si usted tiene la sustancia ante usted, si usted puede verla, ¿de qué sirve la fe?La fe se necesita para aquello que no podemos ver ni tocar.

i. La fe no contradice a la razón, a pesar de que puede ir más allá de la razón. Yo pudiera demostrar objetivamente que la Biblia es el libro más único y original jamás publicado, y que ha impactado a la sociedad más que cualquier otro libro. Pero solo la fe puede probar que la Biblia es la palabra de Dios. Por lo tanto, ésta es una creencia que va más allá de la razón, pero no en contra de la razón.

c. Es, pues, la fe la certeza… la convicción: La fe no es una simple creencia o un entendimiento intelectual. Es la disposición a confiar, creer y aferrarse.

2. (Hebreos 11:2) La fe permitió salir adelante a personas en el pasado.


Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos.

a. Porque por ella… los antiguos: Todos los grandes ejemplos de consagración tenían diferentes personalidades y circunstancias, pero todos tenía una cosa en común – fe.

b. Alcanzaron buen testimonio: Estos cristianos judíos habían sido desalentados, y estaban pensando en renunciar a Jesús y a un cristianismo distintivo. Ellos necesitaban un buen testimonio, por lo que necesitaban estos ejemplos de la fe para sacarlos del desánimo.

3. (Hebreos 11:3) La fe da entendimiento del mundo invisible.


Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía.

a. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra: ¿Cómo es que el universo… fue constituido… por la palabra de Dios? Sucedió cuando Dios dio la orden de Sea la luz (Génesis 1:3). Como lo explica el Salmista: Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos… Porque él dijo, y fue hecho; El mandó, y existió. (Salmos 33:6,9)

b. Por la fe entendemos: Nosotros no vimos este acto de la creación; solo lo sabemos por fe. También lo sabemos por la razón, porque sabemos que el mundo fue creado, y creado por un diseñador inteligente. Una vez más esta fe va más allá de la razón, pero no contradice la razón.

i. Incluso en ocasiones cuando parece que Dios espera una fe que contradice a la razón, un análisis de cerca nos revela que no. Por ejemplo, pareciera contradecir a la razón que Dios esperara que Abraham creyera que la matriz muerta de Sarah podía concebir un niño. Pero no es irrazonable creer que el Dios que creó la vida y la matriz pudiera hacer esto, y lo haría de acuerdo a su promesa.

c. Por la fe entendemos: Este texto no dice que Dios creó al mundo con fe. Como Dios ve y conoce todas las cosas, la “fe” en el sentido humano es superficial para él. Si la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve, ¿qué no puede ver Dios? ¿Qué podría “esperar” un Ser Soberano?

d. De modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía: La mayoría de los científicos de la época en que fue escrito Hebreos creía que el universo había sido creado de materia ya existente, no de la nada, no de lo que no se veía. Pero la Biblia corrige este malentendido.

B. La fe en el comienzo de la historia del hombre

1. (Hebreos 11:4) La Fe de Abel.


Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio que Caín, por lo cual alcanzó testimonio de que era justo, dando Dios testimonio de sus ofrendas; y muerto, aún habla por ella.

a. Por la fe Abel ofreció a Dios más excelente sacrificio: La diferencia entre el sacrificio de Caín y el sacrificio de Abel (Génesis 4:3-5) no era que uno era de animales y el otro de vegetales. La diferencia fue que el sacrificio de Abel fue hecho por la fe.

i. “El sacrificio de Abel fue preferido sobre el de su hermano por ninguna otra razón más que porque éste fue santificado por fe; porque sin duda la grasa de animales brutos no tenía un olor tan dulce, como para que su olor pudiera apaciguar a Dios..” (Calvin)

b. Dando Dios testimonio de sus ofrendas: ¿Cómo dio Dios testimonio de las ofrendas de Abel? Es probable que Dios mostrara su agrado por el sacrificio de Abel consumiéndolo con fuego del cielo, como pasó con la dedicación del tabernáculo (Levítico 9:24), la del templo (2 de Crónicas 7:1) y con las ofrendas hechas por David (1 de Crónicas 21:26) y Elías (1 de Reyes 18:38).

c. Y muerto, aún habla por ella: Justo después de terminar con el ejemplo de Abel, el autor nos recuerda que la fe no es necesariamente recompensada en la tierra. Pero Dios mismo da testimonio de la virtud de los fieles. La sangre de Abel aún nos habla, recordándonos el valor de la eternidad.

2. (Hebreos 11:5-6) La fe de Enoc.


Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan.

a. Por la fe Enoc: Enoc es uno de los hombres misteriosos del Antiguo Testamento que se menciona solamente en Génesis 5:21-24 como el hombre quecaminó… con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios.

i. Muchas tradiciones Judías y Cristianas hacen de Enoc el destinatario de revelaciones espectaculares y esotéricas. Judas lo reconoce como un profeta (Judas 14-15). Pero el valor de otras profecías atribuidas a él es incierto en el mejor de los casos.

b. Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte: El autor de Hebreos asume que sólo un hombre de fe puede disfrutar de una relación de comunión tan cercana con Dios. Evidentemente, cualquiera que tenga este tipo de comunión con Dios debe haberle agradado, y al agradar a Dios, Enoc cumplió con el propósito por el que el hombre fue creado. (Apocalipsis 4:11).

c. Pero sin fe es imposible agradar a Dios: Ésta es la fe básica requerida para cualquiera que busque a Dios. Uno debe creer que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. Debemos creer que Dios está ahí, y que él se revelará a sí mismo a los corazones que lo buscan.

i. El autor de Hebreos no dice que es difícil agradar a Dios sin fe. Dice que es imposible.

ii. “Estos dos elementos parecen de lo más simple, pero, desgraciadamente ¡cuántos cristianos actúan como si Dios no viviera; y cuántos otros, a pesar de que le buscan, no le esperan como galardonador!” (Newell)

3. (Hebreos 11:7) La fe de Noé.


Por la fe Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían, con temor preparó el arca en que su casa se salvase; y por esa fe condenó al mundo, y fue hecho heredero de la justicia que viene por la fe.

a. Noé, cuando fue advertido por Dios acerca de cosas que aún no se veían: Noé fue advertido de algo que nunca había pasado antes. Su fue demostrada no solo al creer que llegaría el diluvio, sino al hacer lo que Dios le dijo que hiciera con respecto al diluvio – él con temor preparó el arca.

b. Preparó el arca: La verdadera fe siempre hará algo. El libro de Santiago repite este tema una y otra vez.

c. Condenó al mundo: No debemos pensar que Noé fue un hombre que predicó sermones de condenación para el mundo. Al contrario, la simple conducta de los santos, sin predicación alguna, puede sentirse como condenación para el mundo.

C. La fe en la vida de Abraham y los Patriarcas.

1. (Hebreos 11:8) La obediencia de Abraham por fe.


Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció para salir al lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber a dónde iba.

a. Por la fe Abraham, siendo llamado, obedeció: Abraham sí dio un paso de fe al ir a la nueva tierra que Dios le había prometido; pero su fe fue menos que perfecta. Esto es visto al comparar Génesis 12:1-5 con Hechos 7:2-4, donde es evidente que en un principo Abraham sólo llego a la mitad del camino al que Dios le había llamado a ir, y sólo con el tiempo obedeció por completo. Sin embargo ahora, miles de años después, Dios no “recuerda” la obediencia tardía, sólo la fe.

2. (Hebreos 11:9-10) Abraham y su vida de fe.


Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida como en tierra ajena, morando en tiendas con Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa;
porque esperaba la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.

a. Por la fe habitó como extranjero en la tierra prometida: Abraham vivió como “peregrino” en la tierra que Dios había prometido, nunca poseyendo nada de ella más que las parcelas en las que él y Sarah fueron sepultados. Habitó es la palabra griega antigua paroikos, que describe a un “residente extranjero” – alguien que vive en un lugar, pero no tiene una condición permanente allí.

i. Cuando alguien es residente extranjero o peregrino es evidente. La forma en la que hablan, la forma en que se visten, sus expresiones, su forma de entretenimiento, su ciudadanía y sus amigos, todas estas cosas hablan de su lugar natal. Si alguien es igual en todas estas aéreas a los “nativos,” ya no son peregrinos – ahora son residentes permanentes. Los cristianos no deberían obtener tarjetas verdes o “green cards” para el planeta tierra.

b. Morando en tiendas con Isaac y Jacob: Como no tenían una residencia permanente, Abraham, Isaac y Jacob vivieron en tiendas en vez de casas. Ellos esperaban una mejor ciudad – la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios..

3. (Hebreos 11:11-12) La fe de Sarah y sus resultados.


Por la fe también la misma Sara, siendo estéril, recibió fuerza para concebir; y dio a luz aun fuera del tiempo de la edad, porque creyó que era fiel quien lo había prometido. Por lo cual también, de uno, y ése ya casi muerto, salieron como las estrellas del cielo en multitud, y como la arena innumerable que está a la orilla del mar.

a. Por la fe… Sara: La fe de Sara no fue perfecta. Primero se rió con incredulidad (Génesis 18:9-15) y después aprendió a reírse con fe. (Génesis 21:6).

b. Porque creyó que era fiel quien lo había prometido: Tener fe se reduce a creer que Dios es fiel y capaz de cumplir sus promesas. Fue esta fe la que le permitió a Sara recibir fuerza para concebir. Dios dio la fuerza, pero Sara tuvo que recibirla por fe.

c. Salieron como las estrellas del cielo en multitud:Por la fe de Sara y Abraham, nacieron miles – millones – de descendientes. Su fe tuvo impacto en más vidas de las que ellos pudieron haber soñado.

4. (Hebreos 11:13-16) Lo que nos enseña la fe de Sara y Abraham.


Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido, sino mirándolo de lejos, y creyéndolo, y saludándolo, y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra. Porque los que esto dicen, claramente dan a entender que buscan una patria; pues si hubiesen estado pensando en aquella de donde salieron, ciertamente tenían tiempo de volver. Pero anhelaban una mejor, esto es, celestial; por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.

a. Conforme a la fe murieron todos éstos sin haber recibido lo prometido: La promesa del Mesías fue hecha a Abraham y a Sara, y ellos creyeron la promesa. Sin embargo ellos murieron sin haberla recibido, sólo viéndola por fe.

i. Mirándolo de lejos, deseando ver y considerar la promesa de Dios, a pesar de que parecía muy lejana..

ii. Y creyéndolo: Ellos consideraron cuidadosamente la promesa, y se aseguraron a sí mismos que la promesa tenía que ser válida porque era Dios el que se las había hecho.

iii. Y saludándolo: Ellos tomaron la promesa y la saludaron por fe. ¿Cuántas veces al día cree usted que Abraham y Sara pensaban en el hijo que Dios les había prometido? Muchas, muchas veces – ellos saludaron a la promesa.

iv. Y confesando que eran extranjeros y peregrinos sobre la tierra: Abraham y Sara siempre vieron la promesa entendiendo que este mundo no era su hogar; que Dios tenía un mejor y más duradero hogar para ellos en el cielo.

v. Si estos ejemplos de fe resistieron durante dificultades y desaliento sin haber recibido lo prometido, ¿qué tanto más debemos hacerlo nosotros que ya recibimos aquellas promesas?

b. Buscan una patria… anhelaban una mejor, esto es, celestial: Caminar en la fe es más fácil cuando recordamos que este mundo no es nuestro hogar. Es más fácil cuando recordamos que en este lado de la eternidad, no todo está resuelto y no todos los males son reparados. Por eso es que ellos buscan una patria… anhelaban una mejor y celestial…ciudad

i. Tener fe es muy difícil cuando vivimos como “ateos prácticos.” Esto describe a alguien que puede tener una creencia teórica en Dios, pero esa creencia no tiene relevancia en lo que hacen en el día a día. Cuando recordamos que hay una realidad espiritual – un hogar celestial que es nuestro verdadero hogar – tener fe es mucho más fácil.

ii. El gran tema de nuestro tiempo es el naturalismo, la creencia de que sólo lo que puede ser encontrado y medido en la naturaleza es “real.” Científicos y educadores que creen en el naturalismo están conformes con dejarnos creer en Dios, siempre y cuando estemos de acuerdo en que Dios es un cuento de hadas – alguien que no es real. Pero cuando creemos en la realidad de Dios, y del cielo, y de su palabra, es totalmente inaceptable para aquellos que viven en el naturalismo.

iii. H.L. Mencken dijo que la fe es “creencia ilógica en que lo improbable sucederá.” Esto sólo sería verdad si no hubiera un Dios, o si él no importara.

c. Por lo cual Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos: Pero para aquellos lo suficientemente valientes para creer en Dios, y para creer que él es real, y creer en el cielo y la vida eterna como algo realDios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos; porque les ha preparado una ciudad.

i. Podemos hablar del hecho de que no podemos avergonzarnos de Dios; pero ¿consideramos con frecuencia que Dios se puede avergonzar de nosotros? Cuando no consideramos a Dios, al cielo y a la eternidad como algo real, puede haber un sentido en el que Dios se avergüenza de llamarse Dios de nosotros.

ii. Como dice el himno:

Este mundo no es mi hogar; sólo estoy de paso
Mis tesoros se encuentran en algún lugar más allá del azul
Los ángeles me hacen señas desde la puerta abierta del cielo
Y ya no puedo sentirme como en casa en este mundo
Oh, Señor, tu sabes, no tengo ningún amigo como tú
Si el cielo no es mi hogar, entonces, Señor, ¿Qué haré yo?
Los ángeles me hacen señas desde la puerta abierta del cielo
Y ya no puedo sentirme como en casa en este mundo

5. (Hebreos 11:17-19) La fe de Abraham fue lo suficientemente grande como para saber que Dios podía resucitar a los muertos, y que Dios cumpliría sus promesas, sin importar lo que pase.


Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac; y el que había recibido las promesas ofrecía su unigénito, habiéndosele dicho: En Isaac te será llamada descendencia; pensando que Dios es poderoso para levantar aun de entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir.

a. Por la fe Abraham, cuando fue probado, ofreció a Isaac: El uso del verbo en pasado para ofreció indica que, en lo que respecta a Abraham, el sacrificio fue completado. En su voluntad y en su propósito, el realmente sacrificó a su hijo.

b. Ofreció a Isaac… su unigénito: A pesar de que Abraham tenía otro hijo (Ismael, el hijo de su intento carnal de cumplir la promesa de Dios), Dios no reconoció al otro hijo (Génesis 22:1-14) – así que Isaac podía ser llamado su hijo unigénito.

c.Pensando que Dios es poderosoPensando, en la versión en inglés se utiliza la palabra accounting, la cual significa en el griego antiguo exactamente lo mismo que como suena en el inglés. Es un término de la aritmética que expresa “un acto decisivo y cuidadosamente razonado.” (Guthrie) Esto significa que Abraham calculó que la promesa de Dios era digna de confianza.

d. De entre los muertos, de donde, en sentido figurado, también le volvió a recibir: En lo que respecta a Abraham, el ya daba por muerto a Isaac, y fue de entre los muertos que lo recibió de regreso, de una manera que prefigura la resurrección de Jesús.

i. Bruce se pregunta si a éste incidente se refería Jesús en Juan 8:56Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.

e. Cuando Abraham fue confrontado con una promesa y una orden de Dios que parecían contradecirse, hizo lo que todos debemos hacer: obedeció la orden y dejó que Dios se encargara de la promesa – ¡La cual Dios era más que capaz de cumplir!

6. (Hebreos 11:20) La fe de Isaac.


Por la fe bendijo Isaac a Jacob y a Esaú respecto a cosas venideras.

a. Por la fe bendijo Isaac a Jacob: Isaac realmente estaba en la carne, no en la fe, cuando intentó bendecir a Jacob y a Esaú. Él quería bendecir a Esaú con el derecho de la primogenitura por razones carnales (le gustaba más como un hombre “varonil”, y le gustaba la caza silvestre que traía), en vez de bendecir a Jacob, a quien Dios había escogido

b. Sin embargo Isaac llegó al lugar de la fe cuando descubrió que en realidad había bendecido a Jacob en vez de Esaú, Génesis 27:33 dice: Y se estremeció Isaac grandemente. Cuando Isaac se estremeció grandemente, ¿de qué estaba preocupado? Estaba preocupado porque sabía que había intentado engañar a Dios, para derrotar su plan, y que Dios le había ganado. El se dio cuenta de que siempre perdería cuando tratara de resistir la voluntad de Dios, incluso cuando no le gustara. Y llegó a entender que a pesar de su arrogancia contra la voluntad de Dios, la voluntad de Dios era gloriosa.

c. Entonces ¿en dónde está la fe en la bendición de Isaac? Después de que el intento de Isaac por frustrar la voluntad de Dios fue destruidoestá en donde dijo de Jacob, Yo le bendije, y será bendito (Génesis 27:33). El sabía que Dios había derrotado su endeble intento de engañar a Dios, y respondió en la fe que dice, “Está bien Dios, tu ganas. Que Isaac sea bendito con el derecho la primogenitura, y que Esaú sea bendito después de él en su propio camino.”

7. (Hebreos 11:21) La fe de Jacob.


Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José, y adoró apoyado sobre el extremo de su bordón.

a. Por la fe Jacob, al morir, bendijo a cada uno de los hijos de José: Jacob llevó una vida bastante carnal. Sin embargo su fe pudo ver más allá de la muerte – y el bendijo a cada uno de sus hijos.

8. (Hebreos 11:22) La fe de José.


Por la fe José, al morir, mencionó la salida de los hijos de Israel, y dio mandamiento acerca de sus huesos.

a. Por la fe José: José mencionó la salida de los hijos de Israel en Génesis 50:24, cuando dijo: Dios ciertamente os visitará, y os hará subir de esta tierra a la tierra que juró a Abraham, a Isaac y a Jacob. El sabía que la promesa de Dios era verdadera.

b. Dio mandamiento acerca de sus huesos: Cuando José murió, nunca fue sepultado. Su ataúd estuvo sobre el suelo por alrededor de 400 años hasta que fue llevado de regreso a Canaán. Todos esos años fue un recordatorio silencioso de que Israel iba a regresar a la tierra prometida, tal como Dios lo había dicho

c. Durante todo ese tiempo, cuando un hijo de Israel veía el ataúd de José y preguntaba qué hacía ahí, y porqué no había sido sepultado, se le podía responder “porque el gran hombre José no quiso ser sepultado en Egipto, sino en la tierra prometida a la que Dios nos llevará algún día.”

D. La fe de la nación de Israel.

1. (Hebreos 11:23) La fe de los padres de Moisés.


Por la fe Moisés, cuando nació, fue escondido por sus padres por tres meses, porque le vieron niño hermoso, y no temieron el decreto del rey.

a. Por la fe Moisés… fue escondido por sus padres: Los padres de Moisés mostraron fe cuando percibieron que él pequeño era favorecido de una forma especial por Dios, y tomaron medidas de fe para salvar su vida a pesar del peligro.

2. (Hebreos 11:24-26) La fe de Moisés en la corte del Faraón.


Por la fe Moisés, hecho ya grande, rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón, escogiendo antes ser maltratado con el pueblo de Dios, que gozar de los deleites temporales del pecado, teniendo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios; porque tenía puesta la mirada en el galardón.

a. Rehusó llamarse hijo de la hija de Faraón: Moisés mostró fe cuando dejó que Dios trazara su destino en vez de dejar que faraón lo hiciera.

b. Escogiendo antes ser maltratado: Esta decisión tuvo consecuencias. Moisés sabía que hacer las cosas a la manera de Dios significaba ser maltratado, en vez de gozar de los deleites temporales del pecado. El pecado sí tiene sus deleites; pero Moisés los vio como algo pasajero, incluso si estos duraran toda nuestra vida terrenal.

c. El vituperio de Cristo: Moisés probablemente no lo sabía en ese momento, pero su decisión de servir a Dios y a su pueblo lo puso en la compañía de Jesús – quien sufrió para dar libertad al hombre.

3. (Hebreos 11:27) La fe de Moisés cuando dejó Egipto.


Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey; porque se sostuvo como viendo al Invisible.

a. Por la fe dejó a Egipto, no temiendo la ira del rey: Los ojos naturales de Moisés podían ver el peligro del Faraón, y entendió el peligro de quedarse en cualquier lugar cerca de Egipto. Sin embargo su ojo de fe pudo ver al Invisible, y entendió que Dios era un factor mucho más grande en su situación que un Faraón enojado.

4. (Hebreos 11:28) Moisés mostró fe cuando guió al pueblo de Israel a celebrar la pascua, en obediencia a la orden de Dios.


Por la fe celebró la pascua y la aspersión de la sangre, para que el que destruía a los primogénitos no los tocase a ellos.

a. Por la fe celebró la pascua: Se requirió fe para creer que la sangre de un cordero en el marco de la puerta salvaría a una familia del terror del Ángel de la Muerte. Pero Moisés tenía fe, y condujo a su nación a cumplir con la pascua.

5. (Hebreos 11:29) La fe del pueblo de Israel al cruzar el Mar Rojo.


Por la fe pasaron el Mar Rojo como por tierra seca; e intentando los egipcios hacer lo mismo, fueron ahogados.

a. Por la fe pasaron el Mar Rojo: La diferencia entre los Israelitas que cruzaron el mar rojo y los egipcios que los siguieron no fue el valor, sino la fe. Los Egipcios tenían el mismo valor (o tal vez más) que los Israelitas, pero no la misma fe – y ambos tuvieron destinos diferentes. Los Israelitas pasaron, y los egipcios fueron ahogados.

6. (Hebreos 11:30) La fe del pueblo de Israel al dar vueltas alrededor de Jericó, como Dios se los había ordenado.


Por la fe cayeron los muros de Jericó después de rodearlos siete días.

a. Por la fe cayeron los muros de Jericó: En Jericó, el pueblo de Israel tuvo una fe audaz. No había vuelta atrás, habian cruzado ya el rio Jordán en un nivel de agua alto, lo que impediría cualquier intento de retirada.

b. En Jericó, el pueblo de Israel tuvo una fe obediente. No entendían realmente lo que Dios estaba haciendo, sin embargo obedecieron de todas formas.

c. Después de rodearlos siete días: En Jericó, el pueblo de Israel tuvo una fe paciente. Los muros no cayeron durante los primeros seis días, sin embargo siguieron marchando tal y como Dios lo había ordenado.

d. En Jericó, el pueblo de Israel tuvo una fe anticipada. Ellos sabían que Dios actuaria en el séptimo día cuando gritaron.

7. (Hebreos 11:31) La fe de Rahab.


Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz.

a. Por la fe Rahab la ramera no perecióRahab (Josué 2) pudiera parecer un ejemplo inusual de fe, pero su confianza en Dios y su disposición a identificarse con Su pueblo, sin importar el costo, es digno de admirarse.

b. Habiendo recibido a los espías en paz: Cuando los espías Hebreos llegaron con Rahab, ella declaró: Jehová vuestro Dios es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra (Josué 2:11). Esta fue la prueba de su fe. No era una fe muy fuerte, no era una fe perfecta, pero su fe ciertamente fue admirable.

i. Clemente de Roma, el escritor cristiano más antiguo fuera de la biblia, fue el primero en ver un símbolo de la sangre de Jesús en el cordón de grana que Rahab colgó fuera de su ventana.

8. (Hebreos 11:32) Otros héroes de la fe.


¿Y qué más digo? Porque el tiempo me faltaría contando de Gedeón, de Barac, de Sansón, de Jefté, de David, así como de Samuel y de los profetas

a. Gedeón fue un hombre que valientemente destruyó ídolos, y fue usado poderosamente por Dios para derrotar un ejército mucho más numeroso de Madianitas (Jueces 6-7). Sin embargo también fue un hombre que dudo de la palabra de Dios al principio, y repetidamente pidió confirmación.

b. Barac dirigió al pueblo de Israel a una dramática victoria sobre los Caananitas (Jueces 4). Sin embargo el titubeó y sólo siguió adelante cuando Débora lo animó.

c. Sansón fue utilizado poderosamente por el Señor para derrotar a los Filisteos. Sin embargo nunca realizó todo su potencial, y su vida terminó trágicamente después de haber sido seducido por Dalila. (Jueces 13-16).

d. Jefté fue utilizado por Dios para derrotar a los Amonitas. Sin embargó Jefté hizo un voto insensato y lo cumplió obstinadamente (Jueces 11).

e. David fue un increíble hombre de fe. Sin embargo también falló con Betsabé y con sus propios hijos.

f. Cada uno de estos hombres fueron hombres de fe, sin embargo tuvieron notables áreas de fracaso en sus vidas. Sin embargo, Hebreos 11 elogia su fe, y los incluye en la “Galería de la Fe.” Esto nos muestra que una fe débil es mejor que incredulidad, y usted no tiene que ser perfecto para ser lograr ser parte de la “Galería de la Fe” de Dios.

9. (Hebreos 11:33-35a) Por fe, algunos resultaron victoriosos por encima sus circunstancias.


Que por fe conquistaron reinos, hicieron justicia, alcanzaron promesas, taparon bocas de leones, apagaron fuegos impetuosos, evitaron filo de espada, sacaron fuerzas de debilidad, se hicieron fuertes en batallas, pusieron en fuga ejércitos extranjeros. Las mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección.

a. Algunos de los que conquistaron reinos: David, Josué, el Rey Asa, Josafat, el Rey Ezequías, el Rey Josías.

b. Algunos de los que hicieron justicia: Elías, Eliseo, y todos los profetas de Dios, y también el Rey Josías.

c. Algunos de los que alcanzaron promesas: Caleb, Gedeón, Barac.

d. Algunos de los que taparon bocas de leones: Daniel, David, y Benaia (uno de los valientes de David).

d. Algunos de los que apagaron fuegos impetuosos: Sadrac, Mesac y Abed Nego.

e. Algunos de los que evitaron filo de espada: David escapó tanto de la espada de Goliat como de la de Saúl, Moisés escapó de la espada del Faraón, y Elías escapó de la espada de Jezabel.

f. Algunos de los que sacaron fuerzas de debilidad: Sara, Gedeón, Abraham, Ester, y el Rey Ezequías.

g. Algunos de los que se hicieron fuertes en batallas: David, el Rey Asa, y Josafat.

h. Algunas mujeres recibieron sus muertos mediante resurrección: La viuda de Sarepta, y la Sunamita.

10. (Hebreos 11:35b-38) Por fe, algunos resultaron victoriosos por debajo sus circunstancias.


Mas otros fueron atormentados, no aceptando el rescate, a fin de obtener mejor resurrección. Otros experimentaron vituperios y azotes, y a más de esto prisiones y cárceles. Fueron apedreados, aserrados, puestos a prueba, muertos a filo de espada; anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras, pobres, angustiados, maltratados; de los cuales el mundo no era digno; errando por los desiertos, por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra.

a. La palabra Atormentados en la lengua griega antigua lleva la idea de “ser golpeado con un palo o un garrote”.

b. Mejor resurrección: Como lo dijo Jesús en Juan 5:29, hay una resurrección para vida y una resurrección para condenación. Estos merecedores recibieron la mejor resurrección.

c. Vituperios y azotes: Isaac soportó las crueles burlas de Ismael, y Sansón fue humillado en el banquete de los Filisteos.

d. Prisiones y cárceles: José fue echado en prisión por su fe, y el rey maligno Acab, encarceló al profeta Miqueas.

e. Fueron apedreados: Zacarías fue apedreado a muerte entre el altar y el templo, y Nabot fue apedreado por los lacayos de Jezabel.

f. Aserrados: Según una confiable tradición, Isaías fue aserrado en dos y asesinado.

g. Fueron tentados: ¿Cómo es que ser tentado se compara con estas otras persecuciones? Algunos piensan que el texto fue modificado aquí, y que el autor de Hebreos escribió originalmente “marcados” (como animales) o “quemados vivos” o “mutilados” o “estrangulados.” Pero para aquellos que han conocido los dolores de la tentación, no es irrazonable pensar que el autor de Hebreos se refiere a vencer a la tentación como un verdadero triunfo en la fe.

h. Muertos a filo de espada: Como los ochenta y cinco sacerdotes asesinados por Doeg, o los profetas asesinados en el tiempo de Elías.

i. Anduvieron de acá para allá cubiertos de pieles de ovejas y de cabras: Como Elías, quién vistió este tipo de ropa humilde y no le importó la humildad o la incomodidad.

j. De los cuales el mundo no era digno: El mundo no es necesariamente amigable con la gente de fe, ¡y el mundo tampoco es necesariamente digno de ellos!

i. “El grupo de despreciados y maltratados siervos de Dios eran de mayor valor real que el resto de la humanidad junta.” (Morris)

k. Por los montes, por las cuevas y por las cavernas de la tierra: David, Elías, y los profetas bajo el liderazgo de Abdías fueron forzados a huir y esconderse en cuevas.

11. (Hebreos 11:39-40) Conclusión: Nosotros tenemos más razones para tener fe, más razones para mantenernos en la fe, que las que tuvieron estos héroes de la fe.


Y todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros.

a. A pesar de que ellos alcanzaron buen testimonio mediante la fe, ellos nunca vieron la promesa de la misma forma en que nosotros la vemos desde este lado de la cruz. Ellos no recibieron lo prometido, el testimonio de la obra completada por el Mesías para ellos.

b. Proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros: Se nos ha provisto una cosa mejor (viendo y disfrutando de la obra completada de Jesús por nosotros). Tenemos razones mucho mejores para aferrarnos a la fe, y no dejar que el desánimo y los tiempos difíciles nos derroten.

c. para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros: La idea de perfeccionados es “completo.” Ellos no podían ser hechos completos hasta el sacrificio de Jesús; ellos anhelaban a Jesús y su obra, nosotros lo vemos hacía atrás – ¡y disfrutamos de su obra!



- Copyright © Mi espacio con Todo para Todos - Devil Survivor 2 - Powered by Blogger - Designed by Johanes Djogan -