Popular Post

Popular Posts

Recent post

Archive for agosto 2020

Cacique Enriquillo


El Gobierno de la colonia española de Santo Domingo en el año de 1522, recibió el 3 de diciembre la información de que el Cacique Enriquillo había iniciado un movimiento subversivo en la sierra de Bahoruco.

Enriquillo contaba, en vista del maltrato que eran víctima, por parte de los españoles, con el apoyo de aborígenes y negros que huyeron a las montañas de Bahoruco, y que había iniciado en 1519.

Los colonizadores también enfrentaban la rebeldía de los negros provenientes de la tribu de los gelofes, los cuales aguantaban estoicamente los maltratos y humillaciones a que eran sometidos, hasta que en 1522, se sublevaron , formando una rebelión en los ingenios del Almirante Diego Colón y de Melchor de Castro.

El Movimiento fue reprimido de inmediato por los colonizadores, pero no pudieron evitar las frecuentes protestas , así como el éxodo de los negros , quienes escapaban de los maltratos que recibían indiscriminadamente , para hacer su trabajo.

Cuando el Cacique Enriquillo, quien había iniciado su rebelión en el año 1519, llegó a un acuerdo con los colonizadores en 1533, una parte de los negros que se refugiaron en Bahoruco, seguían en la zona.

Luego del acuerdo, narra la historia que Enriquillo les facilitó «indios» a los españoles para que persiguieran a los negros.

Hasta ese momento los antiguos esclavos negros y los «indios» constituían un peligro para los ingenios que tenían los españoles en la región sur, de ahí la persecución implacable que desataron los dueños de ingenios.

De la rebelión de Enriquillo

Del acontecimiento , varios escritores aseveran que a pesar de estar bajo el sistema de encomiendas, en el cual los naborías taínos estaban sujetos a la autoridad de un patrón español, Enriquillo tuvo un buen trato por parte de su encomendero Don Francisco Pérez de Valenzuela, este fue un trato de como un Noble Español trata a otro Noble Nativo.

«Según la leyenda, Enriquillo poseía un corcel y sabía leer y escribir el castellano. Era conocedor de sus autos, fueros o derechos como súbdito de la colonia y aún era reconocido como cacique o nitaíno por los otros indígenas. Por ello, servía de capataz para el encomendero y por este tiempo los taínos ya eran denominados «mansos» por los españoles pues ya no habían rebeliones.

«Sin embargo, cuando falleció el viejo encomendero, su hijo trataba a Enriquillo como una mera posesión. Trató de amedrentarlo burlándose de él, trató a Doña Mencía, su esposa, de forma violenta y le desposeyeron de su corcel, el cual era reconocimiento de su nobleza taína.

«Al tratar de recurrir a los tribunales locales y no recibir justicia, fue azotado frente a todos los otros taínos para dejar claro quién era el amo y quién era el esclavo. Al tratar una vez más de recurrir a otro tribunal de más alto nivel, sus solicitudes fueron denegadas y hasta se le amenazó de muerte.

«Según la leyenda, Enriquillo se quitó la camisa, que representaba su vida en el mundo de los españoles y llevándose a su esposa Mencia y a otros, huyó a las sierras que le habían servido de tierra de recreo.

«Enriquillo comenzó su alzamiento con un gran grupo de taínos en la Sierra de Bahoruco y los taínos pudieron continuar con la rebelión gracias a su conocimiento de la región. Derrotaban a todas las expediciones enviadas a subyugarlos al contar los españoles con muy pocas fuerzas. Los españoles confiaban que acabarían con los taínos tal como lo habían hecho antes.

«Estas buenas nuevas no tardaron en circular por todas partes y muchos taínos se les unieron en la Sierra de Bahoruco. Les favorecía que la isla ya no era un punto clave de la colonización, pues los españoles estaban enfocados en la conquista de los pueblos Azteca e Inca.

«Ya que los españoles no podían controlar la rebelión, y la colonia era presa del pánico, se firmó un tratado dando a los taínos, entre otras concesiones, el derecho a la libertad y propiedad. Sin embargo, esto trajo pocas consecuencias inmediatas, ya que para esta fecha, la población pura taína estaba declinando rápidamente a causa de las enfermedades europeas. El propio Enriquillo sucumbió trágicamente a la tuberculosis años más tarde».

La Sublevación del Cacique Enriquillo

Población de los Giguayos

Muchos años antes de la llegada de Cristóbal Colón a la isla de Haití o Quisqueya la península de Samaná estuvo ocupada por el clan ciguayo de los samaníes, que dieron el nombre a la región.

Los ciguayos físicamente se distinguían de los taínos pues eran más altos, se embadurnaban el cuerpo con tinte negro y se dejaban crecer el pelo, que adornaban con plumas, a todo el largo. Según Las Casas, hasta la cintura y más abajo y por esta característica era que llevaban el nombre “ciguayos” (1). También en la expresión del semblante los ciguayos eran más adustos que los taínos. Sus arcos eran más grandes y sus flechas llevaban veneno en la punta. Hablaban otra lengua que no era la común de casi toda la isla.

A finales del siglo XV los ciguayos ocupaban el Macorís de arriba, sierras de la hoy Cordillera Septentrional que entonces eran llamadas Ciguay, su gobernante era Mayobanex y eran “jente serrana, que trahía los cavellos crecidos hasta la cinta, i se tenían por valientes”(2). En realidad eran los porteros o guardianes de la isla, pues se enfrentaban a los caribes que hacían expediciones de pillaje donde el principal botín eran los propios habitantes, a los que se llevaban esclavizados, las mujeres para procrear y los hombres para ser sacrificados y servir de alimento.

Mujer indígena de la etnia de losa Ciguayos 

Los ciguayos, que en principio era un clan matriarcal, desarrollaron la habilidad de caminar de espaldas para aún alejándose no quitar la vista de la costa, por donde llegaban los invasores. También sus mujeres eran grandes guerreras que luchaban de tú a tú con los hombres, muy temidas pues además eran sacerdotisas y magas que trabajaban con el elemento agua. Con la llegada de los españoles y el desplome de su organización social, las ciguayas cambiaron de sitio sus lugares sagrados y, para despistar, cuando allí se dirigían seguían caminando con la espalda hacia el frente, lo que produce que las huellas señalan una dirección contraria al movimiento de la persona.

Como les pasó a muchos taínos, que al desencarnar se quedaron en las mismas cuevas donde se habían ocultado de los españoles, negándose a volver a tomar cuerpo físico por temor a repetir los sufrimientos que padecieron y dando origen a la afirmación, tantas veces oída, de que hay cuevas que son barridas en la noche, las sacerdotisas ciguayas, apegadas al elemento agua, al desencarnar quedaron atrapadas en los túneles y ríos subterráneos de las sierras donde aún muchas se encuentran.

Es de señalar que es común en la isla de Santo Domingo, la existencia de caudales de agua o acuíferos bajo las montañas, que salen a la superficie como manantiales y aún ríos, como sucede en la Sierras de Ocoa, de Neiba y el Bahoruco.

Esta es la génesis del mito dominicano de las ciguapas, que son las antiguas mujeres ciguayas, que andan desnudas, con el pelo tan largo que le sirve de vestidura, “con los pies volteados”, y que habitan en el fondo de las lagunas y ríos. Hay que decir que actualmente las ciguayas son hupias (espíritus desencarnados), que en condiciones excepcionales pueden ser vistas en experiencias interdimensionales. Estos visajes o accesos momentáneos a la segunda dimensión donde se encuentran, acaecidos en las áreas rurales y montañosas de República Dominicana son el sostén del mito al que los diferentes participantes y la tradición le han añadido otros detalles.

Un dato interesante es que en la religión sincrética dominicana o Culto a las 21 Divisiones la división india es asociada al elemento agua, división cuyas “divinidades” posiblemente sean mayoritaria-mente estas hupias ciguayas.

Era costumbre entre los ciguayos samaníes, que el nombre de todas las mujeres terminaba en el sufijo “ni”, que también en la lengua de los taínos, quiere decir agua. Así, por ejemplo, Samani, Anani. En mi infancia en el Ingenio Quisqueya, provincia de San Pedro de Macorís, oía mencionar una colonia cañera de nombre Malulania. Este nombre, ya contaminado por las formas del español con una “a” final, es el recuerdo de una prestante maga y guerrera ciguaya: Malulani, una reina de las verdaderas ciguapas.


Relación con otras lenguas

Al parecer los guanajatabeyes del extremo occidental de Cuba hablaban una lengua que podría no ser de origen arawak, ya que los intérpretes arahuacos de Colón la encontraron totalmente incomprensible. Como parece ser que los guanajatabeyes se remontarían a poblaciones procedentes de América Central, es posible que existiera un parentesco lejano entre la lengua de los ciguayos y la lengua no documentada de los guanajatabeyes.
Al igual que otras muchas denominaciones que se otorgan a las poblaciones mesoamericanas, la palabra chichimeca también procede de la cultura náhuatl. Si bien es cierto que no está claro qué significa exactamente, no fue hasta la llegada de los españoles cuando se le dio una connotación negativa. En la época de la conquista los españoles dividieron a las poblaciones que se asentaban en estas tierras en dos, los toltecavolt, que se identificaban como una cultura superior y los chichimecayolt, a los que creían que eran inferiores y tenían una cultura muy poco desarrollada.

En las poblaciones mesoamericanas destacan otras culturas, de las que también ha podido estar influenciada la chichimeca.

Los orígenes de la cultura chichimeca
Para conocer los orígenes de la cultura chichimeca hay que echar un vistazo a las fuentes escritas que se tienen del siglo XVI. Según las mismas, los primeros chichimecos llegaron a Mesoamérica alrededor del siglo XIII, siendo su primera parada Tollan Xicocotitlán. A partir de entonces se trasladaron a diversas regiones del sur hasta llegar finalmente al valle de México. Aunque los chichimecas eran una población específica, en realidad los españoles nombraron como tal a todos aquellos pueblos que habitaban en la zona del valle mexicano.

En la época de la conquista existían cuatro poblaciones importantes de chichimecas: guamares, zacatecos, guachichiles y pames. Muchos de ellos sin apenas conocimiento de agricultura, siendo en su mayoría cazadores y recolectores. La parte de los chichimecas a la que se consideraba algo más desarrollada era aquella que se asentaba cerca de fuentes de agua, tales como ríos o manantiales.

- Copyright © Mi espacio con Todo para Todos - Devil Survivor 2 - Powered by Blogger - Designed by Johanes Djogan -